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¿Qué es el método SMED y cómo mejora la productividad?
En Talenmo, apostamos por herramientas efectivas que optimicen los procesos productivos. Hoy te hablamos de una de las más potentes dentro del Lean Manufacturing: el método SMED (Single-Minute Exchange of Die), una técnica pensada para reducir drásticamente el tiempo de cambio de referencia en máquinas.
¿Para qué sirve el método SMED?
El SMED tiene como objetivo minimizar el tiempo que transcurre desde que se fabrica la última pieza correcta de un producto hasta que se obtiene la primera pieza correcta del siguiente. En otras palabras: se trata de acortar al máximo el tiempo de cambio de formato o producto sin perder calidad ni eficiencia.
Beneficios del método SMED
- Permite producir en lotes más pequeños sin elevar costes.
- Reduce inventarios y cantidades mínimas de producción.
- Mejora la calidad del producto.
- Optimiza el uso de materiales, tiempos y recursos.
- Disminuye el tiempo de entrega al cliente.
Etapas del método SMED
La metodología SMED se desarrolla en seis fases clave:
- Preparación
Recopilar información: conocer a fondo el producto, la maquinaria, el layout y registrar los tiempos actuales de cambio. - Análisis del proceso actual
Examinar cada actividad realizada durante el cambio de referencia. Si intervienen varias personas, se recomienda grabar el proceso para su análisis detallado. - Separación de tareas internas y externas
Identificar qué actividades pueden realizarse con la máquina en funcionamiento (externas) y cuáles solo cuando está detenida (internas). - Optimización de tareas externas
Planificar para que todas las actividades externas estén listas antes de iniciar el cambio. - Reducción del tiempo de tareas internas
Diseñar mejoras para minimizar el tiempo de ejecución de las tareas que no pueden realizarse con la máquina en marcha. - Seguimiento y mejora continua
Controlar los resultados tras implementar los cambios y aplicar acciones correctivas si es necesario.
Clave del éxito: separar y optimizar
El valor del método SMED radica en separar correctamente las tareas internas y externas, y convertir tantas como sea posible en externas. Así se reduce el tiempo total de cambio y se mejora la productividad de manera notable.
¿Cuándo aplicar el método SMED?
Aunque puede implementarse en cualquier momento, es recomendable hacerlo tras una consultoría estratégica u organizacional, para detectar puntos críticos de mejora y priorizar correctamente las acciones.

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